jueves, 22 de septiembre de 2016

Restaurante Barrigola


Hoy, sin más motivo que compartir una buena comida en buena compañía, los famentos picheleiros hemos decidido descubrir un nuevo sitio en nuestra andaina de ver si podemos encontrar el menú perfecto, la piedra roseta que todo buen comilón busca durante toda la vida, algunos de forma infructuosa. En esta búsqueda nos hemos encontrado con un nuevo sitio, el Restaurante Barrigola que se encuentra situado en la Avenida de Ferrol nº 45 y que ofrece una experiencia gastronómica que consta de tres primeros a elegir, tres segundos también a elegir, postre, pan, bebida y café por un módico precio de 11,50€. En esta ocasión, el menú constaba de los siguientes platos:

  • Primeros platos
    • Pudding de pennes con jamón
    • Ensalada continental
    • Día de la empanada (hoy tocaba empanada de grelos con chorizo)
  • Segundos platos
    • Estofado de carne
    • Bacalao a la Vizcaína
    • Napolitana con arroz
  • Postres
    • Tarta de piña
    • Tarta de la abuela
    • Tarta de queso
    • Tiramisú
Así, con todas las fichas en juego, empezamos a degustar los primeros platos. Tanto Naybet como Vlado optaron por probar los pennes y príncipe Rufai, Colotto y un servidor optamos por la empanada. A ninguno de nosotros nos llamó la ensalada, aunque juzgando los platos que pasaban por delante, la cantidad de ensalada era considerable con una generosa capa de jamón serrano.
En cuanto llegaron los platos, pudimos comprobar que tras un nombre tan críptico como ‘Pudding de pennes’ que pretendían hacernos creer que la nouvelle cuisine estaba presente, se escondían unos macarrones gratinados con jamón. La cantidad de macarrones era correcta para un primer plato, pero la presentación no estaba a la altura de la calidad de su nombre. Tanto Vlado como Naybet nos dijeron que los macarrones no estaban ni fú ni fa y que estaban un poco insípidos.

Pudding de pennes con jamón
Por otro lado, Rufi, Coloto y yo pudimos disfrutar de la empanada, un plato muy sabroso presentado de forma minimalista pero muy correcta. Se notaba que tanto el relleno como la masa estaban hechas del día, con una masa esponjosa y un relleno jugoso, hecho al punto y para nada pesado. Todos estuvimos de acuerdo de que era el mejor plato de todos los primeros. Aún así, nos sorprendió que tanto en la presentación de los macarrones como en la presentación de la empanada tuviéramos orégano lo cual achacamos a que debían de tener un excedente en cocina.

Empanada de grelos y chorizo
Una vez acabamos los primeros, pudimos degustar los segundos platos y, en este caso si que tuvimos todos encima de la mesa. Vlado pidió el Bacalao a la Vizcaína, Rufai y Coloto pidieron el estofado y Naybet y yo pedimos la Napolitana. Vlado nos comentó que el suyo era un plato muy rico y que estaba muy satisfecho con el punto del pescado y con la presentación. Sólo nos indicó que había un solo problema, que eso no era bacalao sino que era merluza. La verdad es que el corte era bastante raro y, por más que buscamos por internet, en contada ocasiones observábamos el bacalao cortado de esa forma. Lo mejor es poder ver la foto y que cada uno saque sus propias conclusiones.

Bacalao (o no) a la Vizcaína
También decir,  que el pobre de Vlado es bastante cegato y, en el momento de hacer dicha afirmación, no tenía las gafas puestas, como se puede ver en la siguiente foto.

Herramientas indispensables de Vlado
Por otro lado, el estofado estaba bueno sin más sin embargo ambos estaban de acuerdo de que el de sus madres estaba ‘cien mil veces’ mejor. Después de tan arrogante afirmación por parte de los dos, se enzarzaron en una lucha de cual de las dos madres hacía un mejor estofado algo que, por supuesto no llevó a ninguna parte. Lo que sí dijeron los dos es que los trozos de carne eran demasiado grandes y que eso hacía que la carne no estuviera tan blanda como ellos hubieran deseado.

Estofado 'no de mi madre'
Para concluir con los segundos, la napolitana estaba de sabor buena, pero resultaba un tanto pesada por dos motivos: demasiado queso que lo hacía muy empalagoso y unos filetes empanados demasiado gruesos lo que hacía que al tercer mordisco no pudieras seguir comiendo del mismo de lo lleno que estabas. El arroz que acompañaba el plato estaba muy suelto y, para Naybet muy rico y para mi un poco blando. En este punto debo de señalar que a mí el arroz me gusta más tirando a duro, por lo que no sé si soy la mejor opinión para esto. La presentación del plato era correcta, sobre todo nos gustó la disposición del arroz, en un bloque rectangular perfecto.

Napolitana y el arroz perfecto

Finalmente, en los postres, cada uno degustó de un postre distinto para poder catarlos todos. De esta forma, podemos decir que el tiramisú y la tarta de piña estaban muy buenos, pero tanto la tarta de la abuela como la tarta de queso estaban un poco insípidas.

Tarta de piña
Tiramisú
Tarta de la abuela
Tarta de queso

Por último, el local es bastante limpio y sin mucho ruido. Desde nuestra posición pudimos observar la cocina que la tienen muy ordenada y correcta para trabajar. Una decoración sobria y elegante acompaña al comensal durante la comida y agradecimos mucho el detalle de que tuviéramos platos bajeros sobre los nuestros.

Como resumen: el sitio es correcto sin más con algunos platos bastante mejores que los otros. De agradecer que no escatimaron en la bebida y la atención recibida. Por el contrario, otra vez tenemos que hablar mal del pan ya que en mi caso ni lo pude catar.
No podemos decir que sea el santo grial del menú que andamos buscando así que seguiremos informando


Puntuación según nuestros criterios


Comida: 2.5 de 5 picheliñas

Atención: 3.5 de 5 picheliñas

Local/ambiente: 3.5 de 5 picheliñas

Calidad/precio: 2.5 de 5 picheliñas


NOTA FINAL: 3 sobre 5.

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