Hoy,
sin más motivo que compartir una buena comida en buena compañía, los famentos
picheleiros hemos decidido descubrir un nuevo sitio en nuestra andaina de ver
si podemos encontrar el menú perfecto, la piedra roseta que todo buen comilón
busca durante toda la vida, algunos de forma infructuosa. En esta búsqueda nos
hemos encontrado con un nuevo sitio, el Restaurante Barrigola que se encuentra
situado en la Avenida de Ferrol nº 45 y que ofrece una experiencia gastronómica
que consta de tres primeros a elegir, tres segundos también a elegir, postre,
pan, bebida y café por un módico precio de 11,50€. En esta ocasión, el menú
constaba de los siguientes platos:
- Primeros platos
- Pudding de pennes con jamón
- Ensalada continental
- Día de la empanada (hoy tocaba empanada de grelos con chorizo)
- Segundos platos
- Estofado de carne
- Bacalao a la Vizcaína
- Napolitana con arroz
- Postres
- Tarta de piña
- Tarta de la abuela
- Tarta de queso
- Tiramisú
Así,
con todas las fichas en juego, empezamos a degustar los primeros platos. Tanto
Naybet como Vlado optaron por probar los pennes y príncipe Rufai, Colotto y un
servidor optamos por la empanada. A ninguno de nosotros nos llamó la ensalada,
aunque juzgando los platos que pasaban por delante, la cantidad de ensalada era
considerable con una generosa capa de jamón serrano.
En cuanto llegaron los platos, pudimos comprobar
que tras un nombre tan críptico como ‘Pudding de pennes’ que pretendían
hacernos creer que la nouvelle cuisine estaba presente, se escondían unos
macarrones gratinados con jamón. La cantidad de macarrones era correcta para un
primer plato, pero la presentación no estaba a la altura de la calidad de su
nombre. Tanto Vlado como Naybet nos dijeron que los macarrones no estaban ni fú
ni fa y que estaban un poco insípidos.
Pudding de pennes con jamón |
Por otro lado, Rufi, Coloto y yo pudimos disfrutar
de la empanada, un plato muy sabroso presentado de forma minimalista pero muy
correcta. Se notaba que tanto el relleno como la masa estaban hechas del día,
con una masa esponjosa y un relleno jugoso, hecho al punto y para nada pesado. Todos estuvimos de
acuerdo de que era el mejor plato de todos los primeros. Aún así, nos
sorprendió que tanto en la presentación de los macarrones como en la
presentación de la empanada tuviéramos orégano lo cual achacamos a que debían
de tener un excedente en cocina.
Empanada de grelos y chorizo |
Una vez acabamos los primeros, pudimos degustar los
segundos platos y, en este caso si que tuvimos todos encima de la mesa. Vlado
pidió el Bacalao a la Vizcaína, Rufai y Coloto pidieron el estofado y Naybet y
yo pedimos la Napolitana. Vlado nos comentó que el suyo era un plato muy rico y
que estaba muy satisfecho con el punto del pescado y con la presentación. Sólo
nos indicó que había un solo problema, que eso no era bacalao sino que era
merluza. La verdad es que el corte era bastante raro y, por más que buscamos
por internet, en contada ocasiones observábamos el bacalao cortado de esa
forma. Lo mejor es poder ver la foto y que cada uno saque sus propias
conclusiones.
Bacalao (o no) a la Vizcaína |
También
decir, que el pobre de Vlado es bastante
cegato y, en el momento de hacer dicha afirmación, no tenía las gafas puestas,
como se puede ver en la siguiente foto.
Herramientas indispensables de Vlado |
Por
otro lado, el estofado estaba bueno sin más sin embargo ambos estaban de
acuerdo de que el de sus madres estaba ‘cien mil veces’ mejor. Después de tan
arrogante afirmación por parte de los dos, se enzarzaron en una lucha de cual
de las dos madres hacía un mejor estofado algo que, por supuesto no llevó a
ninguna parte. Lo que sí dijeron los dos es que los trozos de carne eran demasiado
grandes y que eso hacía que la carne no estuviera tan blanda como ellos
hubieran deseado.
Estofado 'no de mi madre' |
Para concluir con los segundos, la napolitana
estaba de sabor buena, pero resultaba un tanto pesada por dos motivos:
demasiado queso que lo hacía muy empalagoso y unos filetes empanados demasiado
gruesos lo que hacía que al tercer mordisco no pudieras seguir comiendo del
mismo de lo lleno que estabas. El arroz que acompañaba el plato estaba muy
suelto y, para Naybet muy rico y para mi un poco blando. En este punto debo de
señalar que a mí el arroz me gusta más tirando a duro, por lo que no sé si soy
la mejor opinión para esto. La presentación del plato era correcta, sobre todo
nos gustó la disposición del arroz, en un bloque rectangular perfecto.
Napolitana y el arroz perfecto |
Finalmente,
en los postres, cada uno degustó de un postre distinto para poder catarlos
todos. De esta forma, podemos decir que el tiramisú y la tarta de piña estaban
muy buenos, pero tanto la tarta de la abuela como la tarta de queso estaban un
poco insípidas.
Tarta de piña |
Tiramisú |
Tarta de la abuela |
Tarta de queso |
Por
último, el local es bastante limpio y sin mucho ruido. Desde nuestra posición
pudimos observar la cocina que la tienen muy ordenada y correcta para trabajar.
Una decoración sobria y elegante acompaña al comensal durante la comida y
agradecimos mucho el detalle de que tuviéramos platos bajeros sobre los
nuestros.
Como
resumen: el sitio es correcto sin más con algunos platos bastante mejores que
los otros. De agradecer que no escatimaron en la bebida y la atención recibida.
Por el contrario, otra vez tenemos que hablar mal del pan ya que en mi caso ni
lo pude catar.
No podemos decir que sea el santo grial del menú
que andamos buscando así que seguiremos informando
Puntuación según nuestros criterios
Comida: 2.5 de 5 picheliñas
Atención: 3.5 de 5 picheliñas
Local/ambiente: 3.5 de 5 picheliñas
Calidad/precio: 2.5 de 5 picheliñas
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